Llegas al restaurante y notas el ambiente enseguida. Las paredes recuerdan las telas menorquinas, las lámparas de mimbre cuelgan del techo y crean ese aire mediterráneo auténtico. Fuera, Barcelona está como siempre el 31 de diciembre: llena de gente y con ese nervio típico de Fin de Año. Pero aquí dentro tienes tu espacio, tu mesa, tu noche.
Te sientas y miras alrededor: parejas que han venido a celebrar, grupos de amigos que ríen, familias que repiten cada año. Todos habéis venido a despedir estos doce meses como toca. Tú solo tienes que relajarte y disfrutar del momento.
Marisco fresco, carnes gallegas, productos de proximidad. Hemos diseñado un menú de Fin de Año que combina lo mejor del mar y la tierra, desde los entrantes para compartir hasta el postre, con el maridaje perfecto y un cava especial para brindar.
